Comprar o alquilar una vivienda en España ya no se entiende sin un requisito clave: el certificado de eficiencia energética. Este documento, obligatorio desde hace años, ha ido ganando aún más importancia con la entrada en vigor de nuevas normativas europeas y con el impulso de la sostenibilidad en 2025.
Además de ser un trámite legal necesario, el certificado energético se ha convertido en una herramienta valiosa para propietarios, compradores e inquilinos, ya que aporta transparencia sobre el consumo de energía y las emisiones de cada inmueble.
Qué es, para qué sirve, cómo se obtiene, cuánto cuesta y qué beneficios aporta en la compraventa y alquiler de inmuebles.
¿Qué es el certificado de eficiencia energética?
El certificado de eficiencia energética es un informe oficial que evalúa cómo de eficiente es un inmueble en términos de consumo energético y emisiones de CO₂. Para facilitar la comprensión, el resultado se expresa con una etiqueta energética que clasifica la vivienda o local en una escala de letras:
- A → Máxima eficiencia (consume poca energía, menor impacto ambiental).
- G → Mínima eficiencia (consume mucha energía, mayor impacto).
Este sistema es muy similar al que vemos en electrodomésticos como frigoríficos o lavadoras.
¿Por qué es obligatorio en 2025?
Desde 2013, en España es obligatorio presentar este certificado para vender o alquilar un inmueble. Sin embargo, la normativa se ha ido endureciendo:
- En 2025, con los objetivos climáticos de la Unión Europea, se exige que todos los inmuebles cuenten con el certificado en vigor si se anuncian en portales inmobiliarios o agencias.
- También es un requisito para acceder a subvenciones de rehabilitación energética, ayudas europeas o deducciones fiscales.
No disponer de este certificado puede conllevar sanciones económicas y la imposibilidad de formalizar operaciones de compraventa o arrendamiento.
¿Quién puede realizarlo?
El certificado de eficiencia energética debe ser emitido por un técnico competente: arquitectos, arquitectos técnicos, ingenieros o ingenieros técnicos habilitados para ello.
Estos profesionales realizan una inspección del inmueble, en la que evalúan:
- Materiales de construcción y aislamiento.
- Estado de ventanas y puertas.
- Sistemas de calefacción, refrigeración, ventilación y agua caliente.
- Iluminación (en locales comerciales).
Con todos esos datos, el técnico utiliza un software oficial para calcular la calificación energética y elaborar el informe.
¿Cuál es el proceso para obtenerlo?
- Solicitud del certificado: el propietario contacta con un técnico autorizado.
- Visita al inmueble: el técnico inspecciona la vivienda o local.
- Elaboración del informe: se recogen los datos y se calcula la eficiencia energética.
- Registro en el organismo autonómico: el certificado debe inscribirse en el registro oficial de la comunidad autónoma correspondiente.
- Entrega de la etiqueta energética: el propietario recibe el documento oficial, con validez legal.
¿Cuál es el precio en 2025?
El coste del certificado depende de factores como la ubicación, el tamaño del inmueble y el profesional contratado. En 2025, los precios medios se sitúan en:
- Pisos pequeños (menos de 80 m²): entre 70 y 120 €
- Viviendas grandes o unifamiliares: entre 120 y 200 €
- Locales comerciales o naves: desde 200 € en adelante
Conviene comparar varios presupuestos, pero siempre asegurándose de que el técnico esté habilitado y registrado.
¿Cuál es la duración del certificado?
La validez estándar es de 10 años, salvo que se realicen reformas importantes que afecten a la eficiencia energética (por ejemplo, cambiar ventanas, renovar el sistema de calefacción o mejorar el aislamiento).
Si el propietario lleva a cabo una rehabilitación que mejora sustancialmente la eficiencia, conviene renovar el certificado, ya que una mejor calificación puede revalorizar el inmueble.
Beneficios adicionales de contar con un buen certificado
- Transparencia y confianza: los compradores e inquilinos saben qué consumo esperar y qué costes energéticos tendrán.
- Revalorización del inmueble: las viviendas con mejor calificación energética (A o B) suelen venderse más rápido y a mejor precio.
- Ahorro económico: la etiqueta energética incluye recomendaciones para mejorar la eficiencia, lo que permite al propietario invertir en mejoras y reducir gastos a largo plazo.
- Acceso a ayudas: en 2025, gran parte de las subvenciones europeas y estatales para rehabilitación energética exigen este certificado.
El certificado de eficiencia energética ha pasado de ser un simple requisito burocrático a convertirse en un documento estratégico para propietarios, compradores e inquilinos. No solo es obligatorio para cumplir la normativa en 2025, sino que también aporta valor añadido al inmueble, fomenta el ahorro y contribuye a la lucha contra el cambio climático.
Si tienes previsto vender, alquilar o rehabilitar tu vivienda, asegúrate de contar con un certificado actualizado y bien gestionado: puede marcar la diferencia en el mercado inmobiliario actual.

Publicado por HILL VALLEY CONSULTING — Consultoría empresarial, fiscal y estratégica.
